jueves, 17 de abril de 2014

Otros puñales mortales


Otros puñales mortales
Desnudando falacias democráticas


Por Cristián Rodrigo Iturralde


             En número anterior, referíamos en esta columna tres estocadas mortales inflingidas sobre el corazón mismo de la credibilidad del sistema democrático. Creemos que los mentados asestes son suficientes para desnudar íntimamente la falacia Madre - invocada ad nauseam-, según la cual con la democracia se come, se educa y se cura. Empero, lo que agudiza la gravedad del cuadro clínico –y cínico- del régimen no es tanto el desembozado incumplimiento de sus variopintas promesas referidas a la reducción de los índices de pobreza, de las desigualdades sociales y de la corrupción, sino el haberlos incrementado como nunca antes en la historia nacional.
             Aun los hay, sin embargo, quienes obcecadamente insisten en sostener que las heridas de marras propinadas a la verosimilitud del sistema democrático no revisten carácter mortal y que, por tanto, sanará, indefectiblemente, en algún momento. Tratamos aquí, es claro, con un optimismo ingenuo y dañino, insostenible desde toda óptica, pues adolece de toda macula de realidad y raciocinio. Este absurdo fue abordado y denunciado ya oportuna y premonitoriamente por Lugones hace algo más de siete décadas: ¨La fe en la democracia presupone la realidad del progreso indefinido, pues afirma que el sistema liberal o doctrina política de aquel nombre, es bueno y practicable aunque nunca se haya podido practicar por haber sido malos hasta hoy los hombres que lo practican; con lo cual bastará que sigan practicándolo malamente, para que se acaben por practicarlo bien, lo cual equivale a transformarse, así, de malos en buenos[1] (…)Mientras tanto, lejos de perfeccionarse, la democracia tórnase más defectuosa cada vez, y el progreso indefinido yace en el panteón de las hipótesis archivadas¨.
             
             Dicho esto, conviene ahora referirnos a otra falacia extendida urbi et orbi consistente en señalar al sistema partidocrático como fuente/recurso efectivo y transparente de participación popular. Procedamos ahora, entonces, a enumerar algunos de los serios –y difícilmente superables- obstáculos y subterfugios que deberá sortear todo venturoso sufragista a fuer de hacer valer su voluntad en las acartonadas arquetas del régimen.

             1er. Obstáculo: la inmigración descontrolada. Hemos mencionado anteriormente el crecimiento desmesurado de la compra de votos de los argentinos ¨pobres¨ mediante distintas argucias. Ahora es el turno de referir a la mercantilización de los sufragios entre los inmigrantes. Amen de lo dispuesto por la ley de migraciones Nº 25.871 de diciembre de 2003 (sancionado por el Congreso de la Nación) y al Plan Patria Grande impulsado por Néstor Kirchner en el 2006, se concedió residencia y ciudadanía a los inmigrantes provenientes de países fronterizos y de Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela que se encontraban en el país en situación ¨irregular¨, entregándose a tal efecto millones de DNI; incrementándose entonces en forma significativa el Padrón Electoral de la República. No es casualidad que -como informaba el mismo diario Clarín- casi el 30% de los extranjeros haya llegado al país en los últimos diez años[2] (justamente en la década K). Tal vez este hecho explique lo inexplicable: ¿Cómo hicieron estos advenedizos patagónicos para, contra todo pronóstico, ganar elecciones?
             Según las últimas estimaciones, se calcula que habitan el país cerca 3 millones de bolivianos, 2 millones de paraguayos, 500mil peruanos y 500mil chilenos; a los que hay que añadir otros cientos de miles entre colombianos, venezolanos, ecuatorianos y africanos[3]. Total, más de 6 millones de extranjeros[4]; a los que también cabría sumar algún que otro millón comprendiendo a sus numerosos descendientes (que figuran como argentinos).
             Hagamos pues los números. Sabemos que el padrón electoral argentino comprende actualmente 20 millones de personas (considerando el corriente 30% de deserción[5]). Si hacemos cuentas, verificaremos entonces que cerca de un 35% de posibles sufragistas son extranjeros. Sabemos también que la casi totalidad de estos inmigrantes son personas de humildísimo origen y recursos, por tanto propensos –léase: casi obligados- a votar a quien los trajo y/o regularizó su situación y/o les proporcione prebendas temporales. Incluso se da el caso que en la provincia de Buenos Aires es obligatorio el voto para los extranjeros residentes. La mayor parte de estos –es vox populi- se nacionalizan argentinos para poder percibir de esta forma la Asignación Universal por hijo y diversos subsidios. Sumemos, además -ya no es ningún secreto-, a los extranjeros que cruzan periódicamente la frontera del NOE traídos por políticos argentinos para votar en cada elección (cuestión esta denunciada en infinidad de ocasiones y de la que son testigos directos los habitantes de la región). Existen, bien lo sabemos, distintos mecanismos para controlar que estas personas voten lo acordado con los punteros –el cuarto oscuro, ciertamente, no ofrece demasiadas garantías-. Una de los más conocidos es el denominado ¨voto cadena¨[6].
              ¿Qué sugieren las cifras hasta aquí mentadas? Hagamos una sencilla regla de tres simple y procedamos a desmenuzarlos sucintamente: de 20 millones de electores, alrededor de 15 millones son argentinos y 5 extranjeros. De los argentinos, al menos 5 millones admiten ser influidos en sus elecciones por punteros políticos. De los extranjeros, sería lógico suponer que, sino la totalidad, la mayor parte de éstos votará a quien los benefició (siendo además, por lo general, presa de los mismos punteros políticos que afectan a los argentinos pobres[7]). Hasta aquí, advertimos claramente que cerca de la mitad del total de los sufragios posibles están previamente comprados o condicionados. Aún tomando las cifras falaces arrojadas por el INDEC en el Censo 2010, quedará patente que las masas extranjeras –muchos recién llegados al país- constituyen un importantísimo caudal electoral para la clase política dirigente, siendo determinantes en los resultados electorales y por tanto responsables en gran medida de decidir el destino de la nación.

             2do. Obstáculo: la treta. Si los números y razones anteriores esgrimidas no lo convencen, tal vez lo haga la evidencia incontestable de otras conocidas variantes de fraude electoral. Mencionemos, primero, la manipulación de las urnas. Su existencia no puede ser objetada ni puesta en duda, ya que desde 1810 hasta la actualidad se han acusado de esto tanto oficialistas como opositores –candidatos, fiscales, presidentes de mesa, votantes, etc.- exigiendo a tal efecto recuento de votos e incluso la celebración de nuevos comicios. Desde ya que no todo queda estanco en meras denuncias y acusaciones. Muchos de estos casos –algunos verdaderamente groseros- fueron verificados por la misma justicia; incluso por la misma Servini de Cubria[8]. Pero no siempre la manipulación de sufragios ocurre in situ por medio de fiscales o presidentes de mesa corruptibles. Se han corroborado casos en los telegramas de los escrutinios definitivos, de actas adulteradas[9], convalidados por el mismo Ministerio del Interior[10].

             3er. Obstáculo: el INDRA. La Sindicatura General de la Nación detectó en 2004 que la oscura multinacional INDRA –empresa de pésima reputación mundial, encargada del cómputo de los sufragios- cometió “irregularidades” en los comicios que llevaron a Néstor y Cristina Kirchner a la Presidencia. Recordemos que el INDRA –además de estar fuertemente vinculado con Aníbal Fernández y el procesado Ricardo Jaime- es la empresa elegida por tiranos como Chávez y Kadafi y ha sido acusada de fraude electoral en estos y otros varios países del mundo. Varios casos han sido probados con evidencia irrefutable[11]. ¡Esta es la empresa elegida para cuidar la transparencia electoral!
          
             4to. Obstáculo: los muertos que aun respiran. Como si fuera poco, hay que competir con los que están fríos y con los que parecen estarlo pero no lo están. Éste se ha convertido ya sin dudas en todo un clásico argentino. Se han comprobado cientos de casos de fallecidos votando hasta tres veces en una misma elección. Existe, no obstante, otra categoría fiambrera; la de los desaparecidos aparecidos que jamás desaparecieron (pero que, desafiando toda regla física conocida, ¨votan¨). Los hijos de la ¨señora¨ de Bonafini y la mismísima ministra de la Corte Suprema de Justicia Carmen Argibay Molina se erigen como dos palmarios ejemplos de esto que decimos. 


Recapitulación perentoria: Según podemos observar, el voto puede ser manipulado/robado por el puntero, los fiscales, los presidentes de mesa ¡y aun por la empresa encargada de asegurar la transparencia en la elección! Allende lo expuesto, no parece justo que tu voto valga lo mismo que el de un inmigrante recién llegado, el de un cadáver y el de muertos que aun respiran. Pareciera que no hay escapatoria para el sufragista decente.

A esta altura de la soirée, la perversidad del sistema democrático debería ser una realidad incontestable. Es un win win situation para cualquier que quiera ver la realidad. Huelgan aquí fiscales y defensores, pues el sistema insiste en auto incriminarse, prestando testimonio contra si mismo cada vez que respira. Case closed.
             













[1] Leopoldo Lugones, Democracia y Comunismo. El escrito ante la democracia. Publicado en La Nación Bs. As. 27 de Junio de 1937, suplemento literario, 2ª. Sección p.3.). Fragmento tomado del sitio http://nacionalismo-catolico-juan-
[2] Clarín, 2/7/2012. Cfr. http://www.clarin.com/sociedad/extranjeros-llego-ultimos-anos_0_729527095.html
[3] Si bien el último Censo -2010- arroja cifras menores, no se consideró a los ilegales (la gran mayoría del total) que aun no habían sido regularizados. Vale recordar también que fue el INDEC –organismo con nula credibilidad, como todos sabemos- a quien el gobierno kirchnerista delegó tal tarea. La comunidad boliviana es un claro ejemplo de esto. El diario La Nación publicó un informe en el año 2009 donde, citando a la máxima autoridad de la CNE (Corte Nacional Electoral), Gladys Salazar, aseguraba que la población de ese origen en el país era de dos millones de personas mientras el censo del 2010 arrojaba la cifra de 345.272. La Nación, 4/12/2009. Cfr. http://www.lanacion.com.ar/1207630-podran-votar-por-primera-vez-los-bolivianos-en-la-argentina
[4] Según el Censo 2010, el 91% de los bolivianos en Argentina tiene más de 18 años; por tanto, habilitados para votar. http://www.censo2010.indec.gov.ar/cuadrosDefinitivos/analisis_censo_feb12.pdf. Casi idéntico porcentaje de mayoría de edad cabe al resto las personas de otros países fronterizos.
[5] Así lo afirma, entre otros, el portal oficial Argentina Elecciones en su edición del 23/10/2013 referente a las últimas elecciones.  http://www.argentinaelecciones.com/noticia-70-porciento-electores-concurrieron-alas-urnas-1240.html
[6] El sistema funciona así: el primero que entra a votar, pone otro sobre (no el autorizado, sino uno cualquiera. Probablemente ese voto quedará impugnado, pero se lleva consigo el sobre válido). Luego, el puntero introduce en él una boleta de su partido, lo cierra bien y se lo da al votante. Ya está organizada y asegurada la cadena de votos. A cada persona le ofrece alguna recompensa si trae el sobre vacío a cambio de llevarse el sobre lleno.
[7] Es posible también que el 35% de quienes admiten recibir y haber recibido ¨incentivos¨ incluya en parte a los extranjeros. Aún así, el número sería igualmente significativo: 7 millones.
[8]Diario Clarín. Cfr. http://www.clarin.com/politica/elecciones/Servini-encontro-votos-adjudicados-Alfonsin_0_539346204.html. A este respecto, el buscador Google nos ofrecerá un invaluable servicio: escriba allí ¨fraude electoral¨ y le lloverán decenas de casos como los aquí mentados, recogidos por populares medios de comunicación.
[9] Facsímiles de telegramas reales donde se evidencia el fraude electoral. Son cerca de diez. Consultar aquí: http://www.taringa.net/posts/offtopic/12221515/Fraude-electoral-Aqui-la-respuesta.html
[10] Urgente24, Robo de votos convalidado por el Ministerio del Interior. Cfr. http://www.urgente24.com/noticias/val/12911-9/grave-denuncia-por-fraude-electoral-en-pergamino.html
[11] El de Venezuela es un caso ciertamente paradigmático por lo grosero. Las sospechas comenzaron a surgir cuando Chávez se impuso en las votaciones aun en los distritos en que Capriles llevaba una ventaja de más de 20 puntos. Uno de los damnificados, el ex gobernador de Mérida, William Dávila, denunció penalmente a INDRA y afirmó que tiene pruebas que “demuestran que las actas originales de votación son incompatibles e inconsistentes con las informaciones numéricas que Indra presentó en el compact disk (CD) avalado por el Consejo Nacional Electoral”. Fraude: la multinacional INDRA bajo sospecha, Informador público, 27/8/11. Cfr. http://site.informadorpublico.com/?p=299.9 Escándalos de similares características se detectaron en Costa Rica en el año 2010 y en la Prov. Argentina de Córdoba en el año 2007 en la elección que dejo afuera a Luis Juez. Perfil puso en evidencia la trama entre el gobierno nacional e INDRA, del siguiente modo: “La contratación de los servicios de INDRA SISTEMAS S.A. que impulsó el Ministerio de Interior a cargo de Aníbal Fernández, le costará al Estado nacional $ 38.612.000,00. Diario Perfil, 26 de septiembre del 2007. Cfr. http://www.perfil.com/politica/-20070926-0073.html

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