Otros
puñales mortales
Por Cristián Rodrigo Iturralde
En
número anterior, referíamos en esta columna tres estocadas mortales inflingidas
sobre el corazón mismo de la credibilidad del sistema democrático. Creemos que
los mentados asestes son suficientes para desnudar íntimamente la falacia Madre
- invocada ad nauseam-, según la cual
con la democracia se come, se educa y se
cura. Empero, lo que agudiza la gravedad del cuadro clínico –y cínico- del
régimen no es tanto el desembozado incumplimiento de sus variopintas promesas
referidas a la reducción de los índices de pobreza, de las desigualdades
sociales y de la corrupción, sino el haberlos incrementado como nunca antes en
la historia nacional.
Aun los
hay, sin embargo, quienes obcecadamente insisten en sostener que las heridas de
marras propinadas a la verosimilitud del sistema democrático no revisten
carácter mortal y que, por tanto, sanará, indefectiblemente, en algún momento. Tratamos
aquí, es claro, con un optimismo ingenuo y dañino, insostenible desde toda
óptica, pues adolece de toda macula de realidad y raciocinio. Este absurdo fue
abordado y denunciado ya oportuna y premonitoriamente por Lugones hace algo más
de siete décadas: ¨La fe en la democracia
presupone la realidad del progreso indefinido, pues afirma que el sistema
liberal o doctrina política de aquel nombre, es bueno y practicable aunque
nunca se haya podido practicar por haber sido malos hasta hoy los hombres que
lo practican; con lo cual bastará que sigan practicándolo malamente, para que
se acaben por practicarlo bien, lo cual equivale a transformarse, así, de malos
en buenos[1] (…)Mientras tanto, lejos de perfeccionarse, la democracia tórnase más
defectuosa cada vez, y el progreso indefinido yace en el panteón de las
hipótesis archivadas¨.
Dicho
esto, conviene ahora referirnos a otra falacia extendida urbi et orbi consistente en señalar al sistema partidocrático como
fuente/recurso efectivo y transparente de participación popular. Procedamos
ahora, entonces, a enumerar algunos de los serios –y difícilmente superables-
obstáculos y subterfugios que deberá sortear todo venturoso sufragista a fuer
de hacer valer su voluntad en las acartonadas arquetas del régimen.
1er. Obstáculo: la inmigración
descontrolada.
Hemos mencionado anteriormente el crecimiento desmesurado de la compra de votos
de los argentinos ¨pobres¨ mediante distintas argucias. Ahora es el turno de
referir a la mercantilización de los sufragios entre los inmigrantes. Amen de
lo dispuesto por la ley de migraciones Nº 25.871 de diciembre de 2003
(sancionado por el Congreso de la
Nación ) y al Plan
Patria Grande impulsado por Néstor Kirchner en el 2006, se concedió
residencia y ciudadanía a los inmigrantes provenientes de países fronterizos y
de Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela que se encontraban en el país en
situación ¨irregular¨, entregándose a tal efecto millones de DNI; incrementándose
entonces en forma significativa el Padrón Electoral de la República.
No es casualidad que -como informaba el mismo diario Clarín-
casi el 30% de los extranjeros haya llegado al país en los últimos diez años[2]
(justamente en la década K). Tal vez este hecho explique lo inexplicable: ¿Cómo
hicieron estos advenedizos patagónicos para, contra todo pronóstico, ganar
elecciones?
Según
las últimas estimaciones, se calcula que habitan el país cerca 3 millones de
bolivianos, 2 millones de paraguayos, 500mil peruanos y 500mil chilenos; a los
que hay que añadir otros cientos de miles entre colombianos, venezolanos,
ecuatorianos y africanos[3].
Total, más de 6 millones de extranjeros[4];
a los que también cabría sumar algún que otro millón comprendiendo a sus
numerosos descendientes (que figuran como argentinos).
Hagamos
pues los números. Sabemos que el padrón electoral argentino comprende
actualmente 20 millones de personas (considerando el corriente 30% de deserción[5]).
Si hacemos cuentas, verificaremos entonces que cerca de un 35% de posibles
sufragistas son extranjeros. Sabemos también que la casi totalidad de estos
inmigrantes son personas de humildísimo origen y recursos, por tanto propensos
–léase: casi obligados- a votar a quien los trajo y/o regularizó su situación
y/o les proporcione prebendas temporales. Incluso se da el caso que en la
provincia de Buenos Aires es obligatorio el voto para los extranjeros
residentes. La mayor parte de estos –es vox
populi- se nacionalizan argentinos para poder percibir de esta forma la Asignación Universal
por hijo y diversos subsidios. Sumemos, además -ya no es ningún secreto-, a los
extranjeros que cruzan periódicamente la frontera del NOE traídos por políticos
argentinos para votar en cada elección (cuestión esta denunciada en infinidad
de ocasiones y de la que son testigos directos los habitantes de la región). Existen,
bien lo sabemos, distintos mecanismos para controlar que estas personas voten
lo acordado con los punteros –el cuarto oscuro, ciertamente, no ofrece
demasiadas garantías-. Una de los más conocidos es el denominado ¨voto cadena¨[6].
¿Qué
sugieren las cifras hasta aquí mentadas? Hagamos una sencilla regla de tres
simple y procedamos a desmenuzarlos sucintamente: de 20 millones de electores,
alrededor de 15 millones son argentinos y 5 extranjeros. De los argentinos, al
menos 5 millones admiten ser influidos en sus elecciones por punteros
políticos. De los extranjeros, sería lógico suponer que, sino la totalidad, la
mayor parte de éstos votará a quien los benefició (siendo además, por lo
general, presa de los mismos punteros políticos que afectan a los argentinos
pobres[7]).
Hasta aquí, advertimos claramente que cerca de la mitad del total de los
sufragios posibles están previamente comprados o condicionados. Aún tomando las
cifras falaces arrojadas por el INDEC en el Censo 2010, quedará patente que las
masas extranjeras –muchos recién llegados al país- constituyen un
importantísimo caudal electoral para la clase política dirigente, siendo
determinantes en los resultados electorales y por tanto responsables en gran
medida de decidir el destino de la nación.
2do. Obstáculo: la treta. Si los números y razones
anteriores esgrimidas no lo convencen, tal vez lo haga la evidencia
incontestable de otras conocidas variantes de fraude electoral. Mencionemos, primero,
la manipulación de las urnas. Su existencia no puede ser objetada ni puesta en
duda, ya que desde 1810 hasta la actualidad se han acusado de esto tanto
oficialistas como opositores –candidatos, fiscales, presidentes de mesa,
votantes, etc.- exigiendo a tal efecto recuento de votos e incluso la
celebración de nuevos comicios. Desde ya que no todo queda estanco en meras
denuncias y acusaciones. Muchos de estos casos –algunos verdaderamente
groseros- fueron verificados por la misma justicia; incluso por la misma
Servini de Cubria[8]. Pero no siempre la
manipulación de sufragios ocurre in situ
por medio de fiscales o presidentes de mesa corruptibles. Se han corroborado
casos en los telegramas de los escrutinios definitivos, de actas adulteradas[9],
convalidados por el mismo Ministerio del Interior[10].
3er. Obstáculo: el INDRA. La Sindicatura General de la Nación detectó en 2004 que la
oscura multinacional INDRA –empresa de pésima reputación mundial, encargada del
cómputo de los sufragios- cometió “irregularidades” en los comicios que
llevaron a Néstor y Cristina Kirchner a la Presidencia.
Recordemos que el INDRA –además de estar fuertemente
vinculado con Aníbal Fernández y el procesado Ricardo Jaime- es la empresa
elegida por tiranos como Chávez y Kadafi y ha sido acusada de fraude electoral
en estos y otros varios países del mundo. Varios casos han sido probados con
evidencia irrefutable[11].
¡Esta es la empresa elegida para cuidar la transparencia electoral!
4to. Obstáculo: los muertos que
aun respiran. Como
si fuera poco, hay que competir con los que están fríos y con los que parecen
estarlo pero no lo están. Éste se ha convertido ya sin dudas en todo un clásico
argentino. Se han comprobado cientos de casos de fallecidos votando hasta tres
veces en una misma elección. Existe, no obstante, otra categoría fiambrera; la
de los desaparecidos aparecidos que jamás
desaparecieron (pero que, desafiando toda regla física conocida, ¨votan¨).
Los hijos de la ¨señora¨ de Bonafini y la mismísima ministra de la Corte Suprema de
Justicia Carmen Argibay Molina se erigen como dos palmarios ejemplos de esto
que decimos.
Recapitulación perentoria: Según podemos observar, el
voto puede ser manipulado/robado por el puntero, los fiscales, los presidentes
de mesa ¡y aun por la empresa encargada de asegurar la transparencia en la
elección! Allende lo expuesto, no parece justo que tu voto valga lo mismo que el
de un inmigrante recién llegado, el de un cadáver y el de muertos que aun
respiran. Pareciera que no hay escapatoria para el sufragista decente.
A esta altura de la soirée,
la perversidad del sistema democrático debería ser una realidad incontestable.
Es un win win situation para
cualquier que quiera ver la realidad. Huelgan aquí fiscales y defensores, pues
el sistema insiste en auto incriminarse, prestando testimonio contra si mismo
cada vez que respira. Case closed.
[1] Leopoldo Lugones, Democracia y Comunismo. El
escrito ante la democracia. Publicado en La Nación Bs. As. 27 de Junio
de 1937, suplemento literario, 2ª. Sección p.3.). Fragmento tomado del sitio
http://nacionalismo-catolico-juan-
[2] Clarín, 2/7/2012. Cfr.
http://www.clarin.com/sociedad/extranjeros-llego-ultimos-anos_0_729527095.html
[3] Si bien el último Censo -2010- arroja cifras
menores, no se consideró a los ilegales (la gran mayoría del total) que aun no
habían sido regularizados. Vale recordar también que fue el INDEC –organismo
con nula credibilidad, como todos sabemos- a quien el gobierno kirchnerista delegó
tal tarea. La comunidad boliviana es un claro ejemplo de esto. El diario La Nación publicó un informe
en el año 2009 donde, citando a la máxima autoridad de la CNE (Corte Nacional
Electoral), Gladys Salazar, aseguraba que la población de ese origen en el país
era de dos millones de personas mientras el censo del 2010 arrojaba la cifra de
345.272. La Nación ,
4/12/2009. Cfr. http://www.lanacion.com.ar/1207630-podran-votar-por-primera-vez-los-bolivianos-en-la-argentina
[4] Según el Censo 2010, el 91% de los bolivianos en
Argentina tiene más de 18 años; por tanto, habilitados para votar. http://www.censo2010.indec.gov.ar/cuadrosDefinitivos/analisis_censo_feb12.pdf.
Casi idéntico porcentaje de mayoría de edad cabe al resto las personas de otros
países fronterizos.
[5] Así lo afirma, entre otros, el portal oficial
Argentina Elecciones en su edición del 23/10/2013 referente a las últimas
elecciones. http://www.argentinaelecciones.com/noticia-70-porciento-electores-concurrieron-alas-urnas-1240.html
[6] El sistema funciona así: el primero que entra a
votar, pone otro sobre (no el autorizado, sino uno cualquiera. Probablemente
ese voto quedará impugnado, pero se lleva consigo el sobre válido). Luego, el puntero
introduce en él una boleta de su partido, lo cierra bien y se lo da al votante.
Ya está organizada y asegurada la cadena de votos. A cada persona le ofrece
alguna recompensa si trae el sobre vacío a cambio de llevarse el sobre lleno.
[7] Es posible también que el 35% de quienes admiten
recibir y haber recibido ¨incentivos¨ incluya en parte a los extranjeros. Aún
así, el número sería igualmente significativo: 7 millones.
[8]Diario Clarín. Cfr. http://www.clarin.com/politica/elecciones/Servini-encontro-votos-adjudicados-Alfonsin_0_539346204.html.
A este respecto, el buscador Google nos ofrecerá un invaluable servicio:
escriba allí ¨fraude electoral¨ y le lloverán decenas de casos como los aquí
mentados, recogidos por populares medios de comunicación.
[9] Facsímiles de telegramas reales donde se
evidencia el fraude electoral. Son cerca de diez. Consultar aquí:
http://www.taringa.net/posts/offtopic/12221515/Fraude-electoral-Aqui-la-respuesta.html
[10] Urgente24, Robo
de votos convalidado por el Ministerio del Interior. Cfr.
http://www.urgente24.com/noticias/val/12911-9/grave-denuncia-por-fraude-electoral-en-pergamino.html
[11] El de Venezuela es un caso ciertamente
paradigmático por lo grosero. Las sospechas comenzaron a surgir cuando Chávez
se impuso en las votaciones aun en los distritos en que Capriles llevaba una
ventaja de más de 20 puntos. Uno de los damnificados, el ex gobernador de
Mérida, William Dávila, denunció penalmente a INDRA y afirmó que tiene pruebas
que “demuestran que las actas originales de votación son incompatibles e
inconsistentes con las informaciones numéricas que Indra presentó en el compact
disk (CD) avalado por el Consejo Nacional Electoral”. Fraude: la multinacional
INDRA bajo sospecha, Informador público, 27/8/11. Cfr.
http://site.informadorpublico.com/?p=299.9 Escándalos de similares
características se detectaron en Costa Rica en el año 2010 y en la Prov. Argentina de Córdoba en
el año 2007 en la elección que dejo afuera a Luis Juez. Perfil puso en
evidencia la trama entre el gobierno nacional e INDRA, del siguiente modo: “La
contratación de los servicios de INDRA SISTEMAS S.A. que impulsó el Ministerio
de Interior a cargo de Aníbal Fernández, le costará al Estado nacional $
38.612.000,00. Diario Perfil, 26 de septiembre del 2007. Cfr.
http://www.perfil.com/politica/-20070926-0073.html
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