SOBRE EL PERÓN BUENO Y REGENERADO DEL 73´
(y su presunto rompimiento con Montoneros)
Por Cristián Rodrigo Iturralde
Mucho se ha dicho y escrito sobre este asunto, aunque casi siempre en un único sentido. Al parecer, y según esta opinión generalizada, el Perón que retorna a la Argentina luego del exilio habría sido uno conciliador, arrepentido de sus pecados juveniles y dispuesto a anteponer la patria sobre su figura e intereses personales. Su tono aparentemente mesurado, alejado de rimbombantes invectivas, sumado a alguna foto pour la galerie –como aquella con Balbín- y un eslogan de ocasión devenido prontamente en adagio (¨Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino¨), terminarán por convencer de aquello a quienes resentían la sistemática dialéctica confrontativa del líder populista. Empero, el sector conformado por el llamado peronismo nacional u ortodoxo reclamaba mayores gestos para ratificar su adhesión a un movimiento que parecía enteramente copado por el marxismo revolucionario, y para ellos ensayó Perón el desaire a Montoneros en Plaza de Mayo y alguna crítica de ocasión a su paje Héctor Cámpora.