Por Cristián Rodrigo Iturralde
Entiendo que a efectos prácticos, en una explicación -en este caso sobre el feminismo-, pueda resultar bastante más sencillo realizar una analogía con ciertas ententes, especialmente con aquellas que guarden una carga negativa muy grande. Pero creo que aun siendo buena la causa seguida, no podemos para ello valernos de premisas falsas, y mucho menos si se siguiera de esto un perjuicio a la imagen de la religión fundacional de nuestra querida Patria y de la civilización occidental toda. Jamás nos olvidemos que el primer enemigo del marxismo -y sus variopintas fachadas- siempre ha sido la Iglesia Católica.